19 d’agost 2013

From mass market to niche market to customization

Cada año pasan por mis manos decenas de planes de negocio de alumnos míos. Ninguno de mis alumnos de grado tiene experiencia profesional ni ha creado ninguna empresa por su cuenta, de modo que a la mayoría de los planes de negocio les falta la madurez que proporciona haberse fogueado en el mundo real. No obstante, mis alumnos, quizás debido precisamente a su inexperiencia en el mundo de los negocios, son capaces de proponer ideas de negocio que mentes más experimentadas como las nuestras encontramos descabelladas. Ideas de negocio que, no obstante, serán las ideas que triunfarán en los próximos años. De todos es sabido que la mayoría de las ideas que terminan siendo rompedoras tienen su origen en ideas descabelladas. Por tanto, hojear los planes de negocio de alumnos de grado es un buen ejercicio de prospectiva para, cuando menos, tener una idea de por dónde irán las ideas de negocio que funcionarán en los próximos años.
Este curso la mayoría de los planes de negocio giraban en torno a productos personalizados, especialmente ropa y complementos. Mis alumnos han visto una oportunidad de negocio en la personalización extrema, en el "diseñe su producto". Ya no se trata de segmentar un mercado masivo y ofrecer un producto o servicio pensado exclusivamente para un segmento del mismo. Ya no se trata de identificar un nicho de mercado con pocos consumidores dispuestos a pagar un sobreprecio por un producto hecho a medida. Se trata de que cada cual pueda diseñar "su" producto, en algunos casos a partir de un menú de opciones o utilizando plantillas de diseño y en otros casos desde cero.
Seguramente mis alumnos han oído hablar de la impresión 3D, e influidos sobre las posibilidades de dicha tecnología, que permite fabricar una unidad de un producto sólido a un coste razonable, han planteado negocios basados en la fabricación y entrega de una unidad de un producto más o menos genérico diseñada por el propio consumidor.
Realidad o ciencia ficción, estos alumnos nos están diciendo que hemos pasado del mercado masivo al mercado nicho y que ahora mismo estamos abandonando el mercado nicho para pasar a la personalización. En definitiva, del "one-to-many" al "one-to-one". Asumen que el consumidor, a través del diseño propio, busca en la pieza única una cierta exclusividad, a la vez que satisface su autoestima al utilizar un producto que ha diseñado él o ella misma; aquí la creación propia tiene más valor que la creación de un especialista.
Sin embargo, la personalización tiene dos inconvenientes: Primero, la pieza única puede tener un coste unitario de fabricación superior a las piezas fabricadas en un entorno industrial clásico, y este coste más elevado necesariamente debe traducirse en un sobreprecio que el consumidor debe pagar. Segundo, no todo el mundo es artista, de modo que la posibilidad de diseñar un producto desde cero es problemática para un consumidor que no lo sea. Respecto al primer inconveniente, cabe averiguar hasta qué punto el consumidor está dispuesto a llevar su deseo de disponer de una pieza única diseñada por él mismo. Respecto al segundo, siempre cabe reemplazar el diseño desde cero por el uso de plantillas de diseño o el diseño a partir de un menú de opciones. No obstante, en la medida en que restrinjamos las posibilidades que tiene el consumidor de diseñar su producto, estamos convirtiendo una innovación radical en una innovación meramente incremental. Y si se trata de poner nuestro nombre en unas zapatillas, no estaremos hablando ni de innovación.

Each academic year I have the opportunity to review dozens of business plans written by students. None of my students have professional experience nor have created any company on their own, so that most business plans lack the maturity that experience provides. However, my students, perhaps precisely because of their inexperience, are able to propose business ideas that more experienced minds like ours will find crazy. Crazy business ideas are the ones that will succeed in the coming years. We all know that most of the ideas that end up being breakthroughs stem from crazy ideas. So, reviewing business plans developed by undergraduate students is a good foresight exercise to identify the fields in which novel business ideas will flourish in the coming years.
This academic year most business plans were about customized products, especially clothes and accessories. My students have seen a business opportunity in extreme customization, in designing their own products. It is not about segmenting a mass market and offering a product or service designed exclusively for a segment of it. It is not about identifying a niche market with few consumers willing to pay a price premium for a customized product. It is about allowing everyone to design "their" product, in some cases from a menu of options or using design templates and in other cases from scratch.
Surely my students have heard of 3D printing, and taking advantage of the possibilities of this technology, which allows producing a unit of a solid product at a reasonable cost, have proposed businesses based on the manufacture and delivery of a unit of a more or less generic product designed by the user herself.
Fact or science fiction, these students are telling us that we have moved from the mass market to the niche market and now we are moving from the niche market to the customization. In short, we are moving from the philosophy "one-to-many" to the philosophy "one-to-one". They assume that the consumer, through the act of designing the product by herself, confers some sort of exclusivity to the unique piece, while satisfying her self-esteem by using a self-designed product. Here the self-creation is worth more than the creation by a design specialist.
However, the customization has two drawbacks: First, the unique but single piece may have a manufacturing unit cost higher than an equivalent part manufactured in a massive industrial process, and this higher cost should necessarily translate into a higher price to the consumer. Second, not everyone is an artist, so that the possibility of designing a product from scratch by a non-professional is problematic. Regarding the former, it depends on how far the consumer is willing to take her wish to have a unique piece self-designed. Regarding the latter, the consumer may replace the design from scratch by using design templates or by designing from a menu of options. However, by restricting the options the consumer has at self-designing the product, we are converting a radical innovation into a mere incremental innovation. And if it is just about putting our name on a shoe, we are not talking about innovation at all.